Las Navas de Tolosa
La Batalla de las Navas de Tolosa, librada el 16 de julio de 1212, supuso un punto de inflexión en la conquista cristiana y el principio del fin del dominio musulmán en la península Ibérica. Sus causas se encuentran en la creciente amenaza que representaban los almohades, una dinastía norteafricana que había unificado Al-Ándalus bajo un gobierno teocrático y militarizado. En respuesta, el papa Inocencio III convocó una cruzada en 1212 para apoyar a los reinos cristianos en su lucha contra los musulmanes. La coalición estuvo formada por Castilla, bajo el liderazgo de Alfonso VIII, Aragón con Pedro II y Navarra con Sancho VII, además de contingentes llegados desde Europa, aunque muchos cruzados extranjeros desertaron antes de la batalla.
El enfrentamiento tuvo lugar en las inmediaciones de Despeñaperros, en el actual Jaén. Los almohades, comandados por el califa Muhammad al-Nasir, se atrincheraron en un campamento protegido por cadenas y guardias negros. A pesar de la resistencia musulmana, la caballería cristiana, con el apoyo crucial de las órdenes militares, logró romper la defensa almohade y penetrar en el campamento, causando una matanza. La intervención de Sancho VII de Navarra, al frente de sus tropas, fue decisiva en el asalto final.
Las consecuencias de la victoria fueron determinantes para la futura configuración de la península. Aunque la batalla no significó la inmediata desaparición de Al-Ándalus, debilitó enormemente el poder almohade, que comenzó a fragmentarse en pequeños reinos de taifas más vulnerables al avance cristiano. Castilla aprovechó esta situación para expandirse hacia el valle del Guadalquivir, mientras que Aragón consolidó su dominio en el noreste.
2. Expansión aragonesa y castellana
Tras la victoria de las Navas de Tolosa, los reinos cristianos aceleraron la conquista de los territorios musulmanes. Castilla, bajo Fernando III, avanzó hacia el Guadalquivir, tomando Córdoba en 1236, Murcia en 1243 y Sevilla en 1248. El reino de Jaén también cayó en manos castellanas, consolidando su expansión hacia el sur.
Por su parte, la Corona de Aragón dirigió su expansión hacia el este y el Mediterráneo. Jaime I el Conquistador protagonizó la incorporación del Reino de Valencia en 1238, tras la toma de la ciudad de Valencia, y las Islas Baleares. Su política de expansión estuvo regulada por el Tratado de Almizra (1244), un acuerdo entre Aragón y Castilla que estableció las fronteras de sus respectivas áreas de conquista en el Levante peninsular, reservando el Reino de Murcia para Castilla y Valencia para Aragón. El avance aragonés hacia el Reino de Valencia no se detuvo en la ciudad de Valencia, sino que continuó hacia el sur. La actual provincia de Alicante fue incorporada en varias fases. En 1244, Jaime I y el infante Alfonso de Castilla (futuro Alfonso X) firmaron el Tratado de Almizra, que delimitaba las zonas de conquista: Castilla se reservaba el Reino de Murcia y Aragón se quedaba con Valencia hasta la línea de Biar y Villena.
No obstante, los avances aragoneses sobre Alicante fueron complicados. Algunas localidades, como Elche, Orihuela y Alicante, fueron inicialmente conquistadas por Castilla dentro del Reino de Murcia. Sin embargo, tras las revueltas mudéjares de 1264-1266 en Murcia, Jaime I envió tropas para sofocarlas, consolidando su dominio en el sur valenciano. Finalmente, en 1296, su nieto Jaime II de Aragón se anexionó definitivamente la actual provincia de Alicante, aprovechando la debilidad castellana en tiempos de Sancho IV.
Además de su expansión peninsular, Aragón fortaleció su presencia en el Mediterráneo, anexando Sicilia en 1282 y más tarde Cerdeña y Nápoles, configurando un auténtico imperio marítimo.
3. Corona de Aragón
La Corona de Aragón nació con la unión dinástica entre Ramón Berenguer IV de Barcelona y Petronila de Aragón en el siglo XII. Su estructura política fue confederal: cada territorio —Aragón, Cataluña, Valencia y Mallorca— tenía sus propias leyes, instituciones y fueros, aunque compartían un mismo monarca.
Económicamente, la Corona de Aragón destacó por su actividad comercial y marítima. Barcelona y Valencia se convirtieron en importantes centros de intercambio con el Mediterráneo, y la creación del Consulado del Mar impulsó la regulación del comercio naval. Sin embargo, la Baja Edad Media estuvo marcada por conflictos internos. La Guerra de los Dos Pedros (1356-1369) enfrentó a Aragón y Castilla por el control de territorios fronterizos y la hegemonía peninsular. Aunque no hubo un claro vencedor, Aragón sufrió un importante desgaste económico y militar.
A finales del siglo XIV, Aragón se vio envuelto en una crisis dinástica tras la muerte de Martín I sin heredero. El Compromiso de Caspe (1412) resolvió el conflicto al proclamar como rey a Fernando de Antequera, un Trastámara castellano, asegurando así la continuidad de la monarquía aragonesa bajo la dinastía castellana.
Otro conflicto destacado fue la Guerra de los Remensas, que enfrentó a los campesinos catalanes con la nobleza a causa de los "malos usos", derechos señoriales abusivos que los campesinos debían pagar para liberarse de su servidumbre. La guerra finalizó con la Sentencia Arbitral de Guadalupe (1486), en la que Fernando el Católico abolió estos abusos, logrando pacificar Cataluña.
4. Corona de Castilla
La Corona de Castilla, más centralizada que Aragón, alcanzó su consolidación con la unión definitiva de Castilla y León bajo Fernando III en 1230. Durante el siglo XIV, Castilla sufrió la devastadora guerra civil entre Pedro I y Enrique de Trastámara (1351-1369). Pedro I, conocido como "el Cruel" por sus enemigos, fue derrocado por su hermanastro Enrique II tras una guerra que implicó a potencias extranjeras, como Francia e Inglaterra. La victoria de Enrique II supuso el ascenso de la dinastía Trastámara en Castilla y el fortalecimiento de la nobleza, que vio aumentar su poder en detrimento del monarca.
Uno de los pilares económicos de la Corona de Castilla durante la Baja Edad Media fue la ganadería ovina, regulada por la Mesta, una institución creada en 1273 por Alfonso X el Sabio. La Mesta agrupaba a los ganaderos trashumantes y garantizaba privilegios como el derecho de paso por tierras agrícolas y bosques. La lana castellana era de gran calidad y se exportaba principalmente a los talleres textiles de Flandes e Inglaterra. La importancia de la Mesta residía en su influencia sobre la economía y la política del reino. A diferencia de Aragón, donde la economía se basaba en el comercio y la industria artesanal, Castilla dependía del sector agrario y ganadero. Esta situación tuvo consecuencias a largo plazo, ya que la prioridad otorgada a la ganadería dificultó el desarrollo de una industria textil propia y consolidó una estructura económica poco diversificada.
5. Reino nazarí de Granada
El Reino nazarí de Granada (1238-1492) fue el último reducto musulmán en la península. Sin embargo, lejos de ser un reino unificado, Granada estuvo sumida en constantes luchas internas entre distintas facciones nobiliarias, principalmente los abencerrajes y los zegríes. A pesar de su pequeño tamaño, logró sobrevivir gracias a su economía basada en el comercio, la producción artesanal y la recaudación de impuestos. Granada era un estado tributario de Castilla, a la que pagaba parias para garantizar su independencia.
Los abencerrajes eran una influyente familia granadina que solía apoyar posiciones más conciliadoras con Castilla. Los zegríes, en cambio, eran más radicales y defendían la resistencia a ultranza contra los cristianos. Estas luchas internas debilitaron al reino y facilitaron su conquista. Muley Hacén, uno de los últimos emires de Granada, protagonizó una de las crisis dinásticas más dramáticas del reino. Hijo de Abu-l-Hasan Ali (también conocido como Muley Hacén), Muley Hacén tuvo que enfrentarse tanto a su padre como a su propio hijo, Boabdil. En un contexto de caos político, los Reyes Católicos aprovecharon la división para asediar y conquistar Granada en 1492.
6. Crisis en la Baja Edad Media
El siglo XIV estuvo marcado por crisis políticas, económicas y sociales. La Peste Negra, que llegó en 1348, diezmó la población, provocando una reducción de la mano de obra y crisis agrarias.
En Castilla, la guerra civil entre Pedro I y Enrique II debilitó la monarquía, y en Aragón, la Guerra de los Dos Pedros y los conflictos remensas desestabilizaron el territorio.
Durante la Baja Edad Media, la ciudad de Barcelona fue el gran motor económico de la Corona de Aragón. Su puerto era el epicentro del comercio mediterráneo, con conexiones con Sicilia, Cerdeña, el norte de África y Bizancio. Sin embargo, a lo largo del siglo XV, la crisis económica, la decadencia del comercio y los conflictos internos debilitaron la hegemonía barcelonesa. Valencia, en cambio, emergió como el nuevo centro comercial y financiero de la Corona. Su puerto experimentó un auge gracias a su posición estratégica en el Mediterráneo y su proximidad a los mercados andalusíes y norteafricanos. Además, la producción artesanal valenciana, especialmente la cerámica y la seda, impulsó el crecimiento económico. En este contexto, Valencia se convirtió en la ciudad más próspera de la Corona de Aragón, desplazando a Barcelona como capital económica y cultural.
7. Los Reyes Católicos
Isabel I de Castilla y Fernando II de Aragón lograron unificar la península bajo su gobierno. Tras vencer en la guerra de sucesión castellana (1475-1479), reforzaron el poder real y establecieron la Inquisición en 1478 para controlar la ortodoxia religiosa.
Isabel I de Castilla y Fernando II de Aragón contrajeron matrimonio en 1469 en Valladolid. Sin embargo, este matrimonio tuvo que celebrarse en secreto debido a la oposición de Enrique IV, hermano de Isabel y rey de Castilla. Enrique IV quería casar a Isabel con Alfonso V de Portugal o con el duque de Guyena, un príncipe francés. Al casarse con Fernando, Isabel desafió la autoridad de su hermano y puso en peligro la estabilidad del reino. Además, el matrimonio requería una dispensa papal, ya que ambos eran primos segundos. La bula papal fue falsificada por el cardenal Rodrigo Borgia (futuro papa Alejandro VI) para legitimar la unión. Este matrimonio supuso la unión dinástica de Castilla y Aragón, aunque no fue una fusión política inmediata. Cada reino mantuvo sus propias leyes, instituciones y moneda, pero bajo un mismo monarca. Esta unión sentó las bases de la futura Monarquía Hispánica y permitió la conquista de Granada, la expansión ultramarina y la consolidación del poder real.
Uno de sus decretos más trascendentales fue la expulsión de los judíos en 1492, obligándolos a convertirse al cristianismo o abandonar la península, lo que tuvo graves consecuencias económicas. Posteriormente, en 1502, se ordenó la conversión forzosa de los musulmanes, dando origen al problema morisco. La conquista de Granada en 1492 puso fin a la conquista cristiana y consolidó el poder de los Reyes Católicos, sentando las bases del futuro Estado moderno.
Tarea 1. Definiciones
1. Estado:
2. Nación:
3. País:
4. Reino:
5. Tratado de Almizra:
6. Compromiso de Caspe:
7. Mudéjares:
8. Trastámara:
9. Virrey:
10. Consulados del Mar:
11. Fueros:
12. Corregidores:
13. La Mesta:
14. La Busca:
15. La Biga:
16. Malos usos:
Tarea 2. Eje cronológico
Realiza un eje cronológico con los principales procesos de fundación de los reinos andalusíes y cristianos, anotando también la Batalla de Guadalete y la de Las Navas de Tolosa
HECHOSTarea 3. "ESPAÑA"
Dibuja el actual escudo del reino de España en una cara de un folio (gran tamaño). En otra cara, analízalo brevemente (cuarteles, escusón, timbre, soporte, lema). Reflexiona después sobre el origen plurinacional o no de España, de los reinos medievales que dan forma a su escudo.
Tarea 4. Ubica
En una cara, dibuja la península ibérica y representa los reinos medievales y sus fronteras antes de Las Navas de Tolosa.
En otra cara, dibuja la Europa mediterránea y señala los territorios conquistados por la Corona de Aragón.
Tarea 5. Comentarios de texto
Realiza 3 comentarios de texto:
La capitulación de Valencia ante Jaime I
Súplicas al rey ante La Mesta
Sentencia arbitral de Guadalupe
Tarea 6. Preguntas cerradas
La siguiente tarea sólo podrás realizarla en el aula ya que será la elaboración y resolución de algunas de las preguntas directamente extraídas del examen. La cantidad de las mismas dependerá de cómo haya transcurrido la unidad didáctica (competencias específicas 4,7 y 8).
Tarea 7. Malos usos
Lee y analiza detenidamente qué fueron los malos usos. Luego, escoge uno de ellos y trata de establecer una analogía con el mundo actual, imaginando cómo sería uno de esos malos usos aplicados al mundo actual.
¿Existen personas ligadas a la tierra o al trabajo por ley en el mundo actual? ¿Existe el abuso sexual de clases poderosas sobre clases trabajadoras? ¿Existe la penalización económica o laboral a trabajadores por uso de las instalaciones?
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TAREAS DE REFUERZO Y AMPLIACIÓN
Dibuja el escudo de los Reyes Católicos
Realiza el test Historia de la península ibérica: VIII-XIII
Busca en internet y escucha atentamente el podcast "La Rosa de los Vientos: Las Navas de Tolosa"
Copia en tu dossier de tareas los esquemas de las economías y las sociedades de los distintos reinos medievales peninsulares
Proyecto opcional: simulando batallas (Las Navas de Tolosa)
TAREA FINAL. El Heraldista
TAREA FINAL. Simulando batallas