La metodología que empleo en mis clases es relativamente sencilla y, siempre que sea posible, trato de mecanizar y estandarizar el trabajo en el aula. De esta forma, mi alumnado sabe de antemano qué va a encontrarse en mis clases, lo que facilita enormemente el aprendizaje.
Por regla general, las sesiones se dividirán en dos partes:
20/25 minutos de exposición magistral de los saberes básicos (contenido) fijados previamente en la programación de aula. "La chapa", vamos. Mi objetivo es utilizar el aprendizaje significativo para que dichos saberes básicos puedan anclarse en tu mente de forma persistente. Un ejemplo claro en estos últimos años está siendo el estudio de la Peste Negra. Nos resulta muy fácil trazar analogías (con sus diferencias, claro) con la singular experiencia de la "dichosa" pandemia de Covid en 2020. Al tener una experiencia personal previa, adquirir conocimientos del pasado que se relacionen con nuestra vida es muchísimo más fácil y, sobre todo, práctico.
20/25 minutos de trabajo en el aula. La programación refleja (en casi todos los cursos que imparto) una tarea cada sesión o cada dos sesiones. Intento diseñar tareas significativas, en ocasiones pueden parecer complejas pero siempre tratando de volcar el contenido aprendido previamente utilizando las herramientas propias de nuestra disciplina. No solemos realizar actividades, ejercicios de respuestas sencillas y cerradas y que pueden resultar mecánicos, repetitivos y, por qué no decirlo, aburridos. Ojo, esto no es óbice para que muchas de las tareas se repitan en cada una de las situaciones de aprendizaje. Y es que nuestras herramientas, las competencias específicas de la materia y cómo adquirirlas, no tienen demasiado misterio: comentarios de texto/mapa/obra de arte, realización de esquemas/resúmenes, elaboración de textos descripcitivos, desarrollo de definiciones... La programación está diseñada con precisión para que podamos realizar estas tareas en el aula. Ahora bien, habrá ocasiones que, por múltiples factores, no sea posible y debáis terminarlas en casa. Pero una de mis prioridades fundamentales es que las tardes de tu vida las dediques a vivir, a jugar, a salir de casa, a estar con tus amistades, con tus familiares... Así pues, no habrá deberes ni trabajo obligatorio para realizar en casa, obviamente, siempre y cuando el alumnado mantenga un compromiso en clase y permita (y sea capaz) de realizar las tareas en el aula.
Por regla general, en prácticamente todos los cursos, todo el contenido (las clases magistrales) como las tareas están enfocadas a una prueba de evaluación de gran envergadura. Estas pruebas son de dos tipos:
- Un examen (casi siempre tipo test)
- Un proyecto
A lo largo del curso comprobarás que no soy muy amigo de los exámenes siempre y cuando realicemos todas las tareas en el aula. En cambio, verás que mis proyectos son (humildemente) la parte más práctica y amena de mi forma de entender el proceso de enseñanza-aprendizaje, en los que trato de que tanto el alumnado como yo mismo disfrutemos de nuestra materia. Obviamente, cada año creo nuevos proyectos, modifico anteriores o incluso elimino otros que no dan el resultado esperado. Así, estos proyectos (con el mismo peso en la evaluación que los exámenes) son exigentes pero amenos, laboriosos pero prácticos. Algunos serán individuales, otros en equipo, algunos serán de realización con TIC, otros "a la vieja usanza"... y muchas exposiciones. Sí, lo siento, es lo que hay (xD).
Finalmente, hay un aforismo que me gusta repetir (lo vas a escuchar en mis clases hasta la saciedad) y que creo que define bien la metodología que empleo: sin disciplina no hay aprendizaje. No me refiero a la severidad o al "mal rollo", La disciplina no es más que la capadidad que tenemos para seguir unas pautas para lograr una meta. Cualquier adolescente cuando quiere: si tu meta es jugar el partido del sábado, la disciplina es lo que te ayuda a comprometerte y hacer buenos entrenamientos con el equipo durante la semana. Si tu meta es desbloquear una nueva skin en Fortnite o Warzone, dedicarás con regularidad un tiempo diario o semanal hasta alcanzar tu objetivo. La Educación no es muy diferente. Si tu meta es aprender (y aprobar, obviamente), basta con que sigas algunos sencillos pasos diariamente: venir a clase, tener el material, sentarte en tu sitio y permanecer en silencio cuando otros hablen, trabajar y repasar 5 minutillos diarios en casa. Lo que no va a suceder es que tu meta sea la de aprobar y no hayas tenido la disciplina suficiente para cumplir estas pautas, no esperes aprobar así y, lo más importante, no esperes aprender por arte de magia, el conocimiento no va a llegar a ti de forma pasiva.
Creo que desde las primeras sesiones podrás realizar un diagnóstico más o menos preciso de mí, de mi forma de trabajar que es una consecuencia directa de mi forma de ser. Valoro mucho el orden, el respeto y la disciplina, pero como un logro a través de la severidad y del "mal rollo". Veréis que (humildemente lo creo) es muy fácil tratar conmigo, desarrollar una relación cercana y amistosa. Aunque tengamos distintos roles jerárquicos (profesor-alumnado) nada impide que podamos reirnos en clase, pasarlo bien y disfrutar del tiempo que pasaremos juntos. Ya, suena a utopía (disfrutar estudiando Historia, meh) pero te aseguro que esa es mi máxima prioridad.
Para que todos podamos estar a gusto en la enorme cantidad de tiempo que vamos a pasar juntos, lo único que es estrictamente necesario es ser buena persona, alguien educado y responsable. De lo contrario, el aprendizaje es una mera sucesión de carácteres que pululan temporalmente por nuestro cerebro y que lo abandonan cuando la altanería, la grosería o la violencia son la base de nuestros actos.